Su nombre proviene del de un tipo de petardo en valenciano, masclet.
Son las preferidas por los valencianos y menos entendidas por los
visitantes. Para entenderlas es necesario estar próximos al lugar en
donde se explotan, yaque no es cuestión de ver, sino de sentir y oír. Si
te dejas llevar por elruido y el estruendo consigues unas sensaciones
similares a la audición de unconcierto, consiguiendo que el estruendo te
envuelva, y todo esto en cuestiónde escasos minutos (5-7) y llegando a
superar los 120 decibelios.
Básicamente
secomponen de material terrestre y de un principio y final aéreo. No
obstanteestas composiciones varían según el pirotécnico. Los petardos
van unidos pormechas que están envueltas en papel para que éstas vayan
más rápidas. Según lavariación de las mechas, los cruces de varias
filas, así como la distancia delos petardos, consiguen dar mayor o menor
velocidad de disparo, la cual sueleser de máxima velocidad al final de
la misma obteniendo el terremoto final. También se
consiguendiferentes efectos de sonoridad y sensación haciendo que
explosionen en elsuelo o atados a las cuerdas que sujetan las mechas.
Actualmente las mascletás
que se disparan en la Plazadel Ayuntamiento de Valencia, que tiene un
presupuesto aproximado entre 6.000 y9.000 euros, no obstante algunos
pirotécnicos ponen de su parte parasatisfacción del público. El
pirotécnico que más público atrae es V. Caballer.
Desde el 1 al 19 de Marzo,
se dispara diariamente a las 14 h. una mascletà enla Plaza del
Ayuntamiento de Valencia, presidida por las Falleras Mayores
yautoridades municipales además de numerosos invitados que se aglutinan
en elconocido balcón del Ayuntamiento.
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